La cocina francesa también goza de una gran diversidad entre sus recetas más conocidas pero lo que más caracteriza a este estilo culinario es la exquisitez de muchos de sus platos. Una cocina delicada, elegante y refinada que además deja un buen sabor de boca. Cabe destacar que cada región del país se caracteriza por el uso de ciertos ingredientes como base de sus platos, en concreto la zona norte del país se centra en el uso de la carne de cerdo, las patatas o las judías en sus platos. La zona del suroeste gusta de mezclar el aceite con el foie gras, las setas y el buen vino. Y así ocurre con las diferentes regiones francesas, pero si estas tienen algo en común es que todas sus preparaciones suelen aportar intensos sabores que permanecen en la boca durante mucho tiempo.
Sin duda, en la cocina francesa se hace un uso poco moderado del vino para elaborar sus platos y es que han sabido encontrar este buen uso para una bebida cuyo sabor puede exaltar el del resto de ingredientes de la receta. Si bien es cierto que la cocina francesa está muy influenciada por los países limítrofes con sus fronteras, ha sabido dejar intacta la verdadera esencia de la gastronomía del país.