Las Gambas al Pil Pil son uno de los aperitivos más comunes de Andalucía, las puedes encontrar en la mayoría de las cartas de los bares de la localidad y les gustan a casi todas las personas. En este artículo te diremos como puedes preparar este delicioso platillo.
Lo más recomendable a la hora de preparar las gambas al pil pil es usar gambas que sean de buen tamaño y frescas, claro está, si el presupuesto no lo permite se pueden comprar unas de un tamaño más reducido.
Por su parte, también se pueden usar las gambas congeladas, pero no aquellas que vienen peladas porque no tienen buen sabor.
Las gambas pil al pil tradicionalmente se realizar en una cazuela de barro y en el caso de que se cocinen en una sartén, después debe exhibirse en el barro. Si nunca las has preparado, te motivamos a que lo hagas ya que es muy sencillo de hacer.
Receta Gambas Al Pil Pil
Ingredientes- Unas 45 gambas bien frescas.
- 6 o 7 dientitos de ajo.
- Guindilla
- Perejil
- Pimentón
- Sal
- Aceite de oliva virgen
Preparación- Para empezar se pica el ajo y un poquito de guindilla (esta lo puedes agregar según tu gusto) y el perejil tritúralo todo para que quede bien incorporado.
- Seguidamente en una cacerola de barro se le agrega el aceite de oliva hasta revestir todo el fondo. Se coloca al fuego y al momento en que el aceite se encuentre bien caliente, se le agrega la mezcla realizada anteriormente.
- Cuando todos los ingredientes estén de color dorado, se le añaden las gambas dejándolas en la cacerola por unos 3 o 4 minutos.
- Para finalizar, se espolvorea una pequeña cuchara de pimentón (puede ser dulce o picante) por arriba y se procede a servir cuando todavía está caliente.
Como ya te mencionamos la receta es bastante sencilla y además económica, así que no dudes en experimentarla, si lo haces será como si trasladara un pedacito del mar Andalucía a tu hogar. Muchas personas animan comerlo acompañado con pan, para que así se pueda disfrutar todo el sabor del aceite.
Además puedes cocinarlas directamente agregando todos los componentes a la fuente de barro, para luego llevarlas al fuego con el fin de que tomen el colorcito dorado que las caracteriza.