Las recetas preparadas con base en la crema de queso suelen ser bastante fáciles de preparar; y lo mejor es que todas y cada una de ellas son sumamente deliciosas.
Existe una buena variedad de quesos cremosos que podemos emplear en diversas recetas. Uno de estos es el conocido como queso mascarpone, el cual usaremos en nuestra receta de crema de queso. El queso mascarpone es tan cremoso que es ideal no sólo para realizar cremas y pays de queso, sino, prácticamente, cualquier postre que necesite de algún ingrediente cremoso, de sabor delicado y textura suave.
Además de este queso, contamos con otros quesos que se suelen emplear en la elaboración de postres, como es el caso del queso Philadelphia o el queso fresco; si lo deseas, puedes cambiar las porciones de queso mascarpone por alguno de estos dos quesos.
El queso mascarpone se originó en la región norte de Italia, y muchos dicen que en realidad no se trata de un queso en el sentido estricto del término, ya que no necesita cuajar como todos los quesos; sino que sólo se mezcla, en su elaboración, leche de nata, azúcar y ácido cítrico. De hecho, este es el queso que se emplea comúnmente para preparar el famoso postre del tiramisú.
Recuerda que es un queso bastante calórico, por lo que debemos de tomar en cuenta esto antes de terminar con todo el postre que hayamos preparado.
Ingredientes• 200 mililitros de nata
• 5 cucharadas de azúcar
• ¼ de kilo de queso mascarpone
Para la preparación de la base:
• Agua
• 2 cucharadas de azúcar
• 200 gramos de fresas
Modo de preparaciónLavaremos correctamente las fresas y les retiraremos las hojas que puedan tener; pasaremos a cortarlas en trozos de aproximadamente un centímetro por un centímetro por un centímetro, les agregaremos azúcar y una cucharada de agua.
Colocaremos estos ingredientes en una olla a fuego bajo por alrededor de 15 o 20 minutos.
En tanto se encuentran listas las fresas con el azúcar, en un recipiente verteremos la nata e introducimos el queso mascarpone, batiremos de manera manual hasta que quede una mezcla homogénea. En este punto agregaremos el azúcar y volveremos a revolver para que se mezcle correctamente con el resto de los ingredientes.
Una vez que hayan pasado los 15 o 20 minutos, retiraremos la olla con las fresas del fuego y dejaremos que se enfríen.
Una vez que las fresas se hayan enfriado completamente, tomaremos copas (no importa mucho la forma o el tamaño) y añadiremos los trozos de fresa en el fondo; y a continuación la crema del queso. También podemos formar capas que fresas y queso, respectivamente, aunque la forma de servir corresponderá, claro, a tu gusto personal.
Podemos adornar las copas con hojas de menta, si lo deseamos.
Si deseamos consumir este postre un poco más frío, simplemente debemos dejar en el refrigerador por algunos minutos hasta que alcance la temperatura que deseamos.
¡Listo, disfruta de tu postre!
¡Buen apetito!