La piña es una fruta tropical que encontramos en las fruterías todo el año, pero extrañamente obtiene más demanda en la época de navidad. Con esta deliciosa fruta natural se fabrican aperitivos, postres, y hasta se pueden hacer entrantes tradicionales navideños como por ejemplo el ‘Cóctel de gambas en góndola de piña’ o postres sencillos y deliciosos como la ‘Piña con crema catalana‘.
Hay diferentes puntos que debemos tener en cuenta y que nos indicaran cuando una piña está en su óptima etapa de maduración. Lo más básico y que está a la vista es su color. Lo ideal sería encontrarnos con una piña de fresca apariencia, con una piel sin golpes ni manchas, y una corona sana. El color de la piña como tal debería estar entre amarillo o dorado. Si notamos que su color es verde, esto significa que está todavía inmadura. Las hojas de la parte superior deben lucir un aspecto fresco y de color verde, y si nos damos cuenta de que tiene las hojas deterioradas, puede indicarnos que la fruta es as vieja de lo que pensamos y no es buen negocio comprarlas.
Al tomar la fruta en cuestión, debemos encontrarnos con una piña pesada, y si es así, es indicativo de que esta pieza contiene mucha agua fresca. La poca cantidad de agua, y de peso, indicaría que su momento óptimo de consumo ya no está. Otro de los indicativos destacables para reconocer una piña madura está en su olor.
La textura de la piel también nos puede ayudar a reconocer si el punto de maduración es la correcta o si por el contrario ya ha pasado. Debe ser firme, pero al apretarla, debe hundirse muy levemente a la presión de los dedos. La último que debemos tener en cuenta es el sabor, ya que si esta dulce y jugosa, es muestra de que la piña es ideal para consumirla y disfrutar de todas sus propiedades naturales.