Generalmente los siempre los obtendremos vivos del supermercado, aunque últimamente los podemos conseguir envasados al vacío o congelados, con valvas o sin valvas.
Debemos tener en cuenta que los mejillones, no los debemos tener más de 2 días en el congelador, debido a que es un producto vivo y se tiene que cocinar vivo. Pero por el contrario, si los vamos a conservar, lo que debemos hacer es mojar un paño de cocina con agua y le agregamos sal, lo escurriremos y posteriormente envolveremos los mejillones con él. Es importante destacar que no se deben cubrir con agua. Si vamos a esperar un tiempo para consumirlos, lo mejor es cocinarlos al vapor y congelarlos con el agua, así servirá para calentarlos posteriormente.
Para saber si un mejillón está vivo, debemos observar cuando están cerrados, y si al golpearlos ligeramente no se cierran, hay que botarlos. También nos desharemos de los que tengan rota la concha. Los mejillones, que no se hayan abierto al estar en contacto con el calor, también debemos desecharlos.
Hay personas que dicen que no debemos limpiarlos mucho, ya que si lo hacemos, eliminamos su sabor a mar y sus propiedades. Por otra parte, hay quién dice que debemos lavarlos en profundidad.
Debemos destacar que el mejillón ya llega al mercado en estado depurado.
A su vez, para quitar los animales crustáceos que hay pegados a su concha, vamos a golpearlos con la parte no afilada del cuchillo y estos caerán. NO se deben raspar. Otra forma fácil de limpiarlo es raspando las conchas con un estropajo de acero.
Eliminaremos el biso o filamento que lleva entre sus dos valvas, agarrando con la punta del cubierto el extremo y tirando hacia delante y hacia abajo, para extraerlo y no romper su carne.