En el ámbito de la repostería, es igual de importante mezclar bien los ingredientes de un bizcocho al igual que elegir un molde correcto y la mejor técnica de preparación.
Es necesario invertir dinero y adquirir un molde de calidad, ya que, además de proporcionar mejores resultados, también son mucho más fáciles de limpiar y durará más tiempo.
Preparación del molde:
El molde debe engrasarse ligeramente y en la parte interna por igual con grasa fundida o aceite, para que de ésta manera la masa no se adhiera al molde. La única ocasión en la que no se debe engrasar el molde es cuando se quiera hacer pastel de ángel, el cual requiere tener un molde seco.
Forrado:
Posee un doble propósito, el cual es evitar que se queme la base y las paredes de la torta y facilitar el desmoldado. Se debe tratar de forrar con cuidado, ya que cualquier arruga o bulto en el forro, hará que la torta quede marcada en ese preciso lugar.
El que se utiliza más a menudo es el papel para grasa y debe ser utilizado en el molde antes de poner la masa sobre él. NO es necesario engrasar éste papel, ya que de por si es antiadherente.
Para las tortas de espuma, en vez de forrar el molde, se puede espolvorear luego de haberlo engrasado, con harina y azúcar molida en cantidades iguales. Haciéndolo así lograremos obtener en la mezcla una deliciosa costra crujiente. Los moldes de corona y los de dibujos son muy complicados de forrar, por lo cual únicamente son engrasados.
Por su parte, para forrar moldes redondos, se corta un papel que sirve para forrar la base y lo reservamos. Luego, se mide la circunferencia y la altura del molde con una pequeña cuerda, se corta una tira de papel impermeable de 5 cm de ancho y que sea suficientemente largo como para que logre sobrepasarse un poco.
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